Ante una sala repleta de asistentes se realizó la primera actividad académica pública del CIFDE. Se trató del seminario “Derecho, Filosofía y Religión en el pensamiento de Gustav Radbruch” y contó con la participación de tres destacadísimos profesores extranjeros: los doctores Martin Borowski, Alejandro Aponte y Peter Köning. La visita de estos académicos fue posible gracias a las gestiones de nuestro Subdirector, profesor José Luis Guzmán.
El Dr. Martin Borowski, profesor de Derecho público, Teoría constitucional y Filosofía del Derecho en la Universidad de Heidelberg, presentó los rasgos fundamentales de la iusfilosofía de Gustav Radbruch, particularmente su definición del Derecho y su concepto de la validez del Derecho. Destacó que la definición del Derecho como una realidad cuyo sentido consiste en realizar el valor jurídico, la idea del Derecho y, en definitiva, la justicia, permite hablar de una continuidad en el pensamiento del autor, que culmina en la famosa fórmula de lo injusto legal y el Derecho supralegal en los escritos posteriores a la segunda guerra mundial, con el que él formuló ya en sus primeros escritos. Por otra parte, Borowski destacó que la concepción algo dividida sobre la validez del Derecho en el primer Radbruch, subjetiva para el ciudadano y objetiva para el juez, se unifica en la fórmula de la postguerra en un sentido objetivo, o sea, que el Derecho objetiva e intolerablemente injusto, no es Derecho y tampoco merece ser aplicado por el juez.
Por su parte, el profesor Dr. Alejandro Aponte Cardona, penalista de la Universidad de La Sabana de Bogotá, trató de la aplicación de la fórmula de Radbruch en la jurisprudencia constitucional colombiana, como también del concepto de delincuente por convicción, elaborado por Radbruch en 1922, en el actual proceso de paz llevado a cabo por el gobierno colombiano con las FARC. Aponte explicó que la respuesta penal contenida en el acuerdo de paz contra los autores de crímenes de guerra parte precisamente del supuesto de que los guerrilleros no son delincuentes comunes, sino delincuentes políticos y, en definitiva, autores por convicción.
