La conferencia pasó revista a las reformas introducidas al delito de aplicación de tormentos a personas privadas de su libertad, que data de la entrada en vigencia del Código penal en 1975, primero la de 1998, cuyos méritos fueron destacados por el expositor, y finalmente la de noviembre de 2016. Ésta, a juicio del profesor Guzmán, presenta varios problemas, comenzando por la cuestión del sujeto activo del delito, pero también la calidad del sujeto pasivo. El primero pudiera ser un simple particular y el segundo una persona no privada de su libertad. El profesor Guzmán explicó que esto distorsiona el concepto mismo de tortura y desperfila el delito respecto de otros consistentes en un abuso del poder público contra particulares.