Subdirector del Centro impartió curso sobre Humanismo y Derecho penal.
El profesor, presidente del departamento de Derecho penal de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso y subdirector de nuestro Centro, José Luis Guzmán, realizó recientemente una estadía de docencia e investigación en la Universidad de Trento (Italia), invitado por el programa de Doctorado en Estudios Jurídicos Comparados y Europeos de la mencionada casa de estudios, con la que el Doctorado en Derecho de la UV mantiene vigente un convenio de cooperación académico-estudiantil.
En la oportunidad, el también subdirector del Centro de Investigaciones de Filosofía del Derecho y Derecho Penal (CIFDE) de la UV impartió un curso sobre Humanismo y Derecho penal, dirigido a los alumnos del Doctorado y ayudantes de investigación de la Facultad de Derecho de la universidad italiana.
El curso abordó las etapas principales del humanismo a lo largo de la historia -humanismos greco-romano, medieval y neohumanismo-, incluyendo los movimientos antihumanistas, transhumanistas y posthumanistas del siglo XX; el humanismo jurídico, correspondiente a una escuela del siglo XVI y, después, a la reforma penal del siglo XVIII; y el humanismo en su relación específica con el Derecho penal, principalmente en el problema de la humanización de las penas en el momento actual.
Según explicó el académico, el objetivo del curso fue “presentar un panorama histórico-filosófico del humanismo en general en el pensamiento occidental a jóvenes juristas, confrontarlo con el humanismo jurídico, destacando las diferencias y relaciones entre el humanismo y el Derecho, y proyectarlo en el Derecho penal, con las implicaciones que tiene el humanismo en materia de extensión del derecho estatal de castigar, la naturaleza de las penas, el proceso de su conmensuración judicial y su ejecución o cumplimiento”.
“El hilo conductor fue una idea del humanista italiano Marsilio Ficino: la médula del humanismo yace en la tríada: saber, sensibilidad y unidad -unidad del género humano-. Pues bien, el incremento en el jurista del conocimiento de las letras -filosofía, literatura y ciencia-, el perfeccionamiento de su sensibilidad estética y la conciencia de que en materia de seres humanos todos los juicios universales son singulares, y cada juicio singular es también universal, tienen que conducir a la humanización progresiva del Derecho penal”, cerró.
